18.10.05

LAS FALACIAS

FALACIAS N0 FORMALES

No hay ninguna clasificación de las falacias universalmente aceptada: “No hay nada similar a una clasificación de las maneras en que los hombres pueden llegar a un error, y cabe dudar de que pueda haber alguna”. (De Morgan)
El concepto “falacia” se refiere a cualquiera idea equivocada o creencia falsa, como la falacia de creer que todos los hombres son honestos. ‘Falaces’ son aquellos razonamientos que, aunque incorrectos son psicológicamente persuasivos.
Definimos falacia como una forma de razonamiento que parece correcto, pero resulta no serlo cuando se lo analiza cuidadosamente.
El estudio de estos razonamientos es muy provechoso, pues la familiaridad con ellos y su comprensión impedirá que seamos engañados por ellos. El mundo actual está lleno de personas que, deliberadamente o no, cometen errores de este tipo. Estar prevenidos es estar armados de antemano para no caer ingenuamente en estas verdaderas “trampas”.

I.- FALACIAS DE ATINGENCIA

El rasgo común a todos los razonamientos que cometen falacias de atingencia es que sus premisas carecen de atingencia lógica con respecto a la verdad o falsedad de las conclusiones que pretenden establecer.
Las falacias de atingencia que serán analizadas son:

1.- CONCLUSIÓN INATINGENTE
2.- ARGUMENTUM AD BACULUM (APELACIÓN A LA FUERZA)
3.- ARGUMENTUM AD HOMINEM (OFENSIVO)
4.- ARGUMENTUM AD HOMINEM (CIRCUNSTANCIAL)
5.- ARGUMENTUM AD IGNORANTIAM
(ARGUMENTO POR LA IGNORANCIA)
6.- ARGUMENTUM AD MISERICORDIAM
(LLAMADO A LA PIEDAD)
7.- ARGUMENTUM AD POPULUM (LLAMADO AL PUEBLO)
8.- ARGUMENTUM AD VERECUNDIAM
(LA APELACIÓN A LA AUTORIDAD)
9.- LA CAUSA FALSA
10.- LA PREGUNTA COMPLEJA



1.- CONCLUSIÓN INATINGENTE

La falacia de la ‘conclusión inatingente’ se comete cuando un razonamiento que se supone dirigido a establecer una conclusión particular es usado para probar una conclusión diferente.
Por ejemplo, cuando se halla bajo consideración una propuesta particular de dictar una legislación sobre la vivienda, puede levantarse un legislador para hablar a favor de la ley y argumentar que todo el mundo debe tener viviendas decentes.
En un juicio, al tratar de probar que el acusado es culpable de asesinato, el fiscal acusador puede argumentar extensamente para demostrar que el asesinato es un horrible delito y lograr, efectivamente, probar esta conclusión. Pero, si de sus observaciones acerca de lo horrible que es el asesinato, pretende inferir que el acusado es culpable de él, comete la falacia de conclusión inatingente.
Consideremos el primer ejemplo de conclusión inatingente. Al sostener que todo el mundo debe tener viviendas decentes, el orador logra despertar una actitud de aprobación para sí mismo y para lo que dice, y esta actitud tenderá a ser transferida a su . conclusión final, más por asociación psicológica que por implicación lógica. El orador puede conseguir despertar un sentimiento tan favorable al mejoramiento de la vivienda, que sus oyentes votarán más entusiastamente la ley que él propugna que s¡ hubiera demostrado realmente el interés público existente en su aprobación.
También en el segundo ejemplo, si el fiscal acusador ha pintado un cuadro suficientemente conmovedor de lo horrible que es el asesinato el jurado puede sentirse tan tocado, puede haberse despertado en sus miembros tanto horror y desaprobación, que dictarán más fácilmente un veredicto de culpabilidad que si el fiscal hubiera probado “simplemente” que el acusado cometió el crimen.
Muchas veces se cometen estas falacias por la falta de atención al razonamiento que estamos asistiendo, o el cansancio o la distracción momentánea puede llevar a aceptar estos errores.

2.- ARGUMENTUM AD BACULUM (APELACIÓN A LA FUERZA)

El argumentum ad baculum es la falacia que se comete cuando se apela a la fuerza, o a la amenaza de fuerza, para provocar la aceptación de una conclusión.
Usualmente solo se recurre a ella cuando fracasan las pruebas o argumentos racionales. El ad baculum se resume en el dicho: “La fuerza hace el derecho”. El uso y la amenaza de los métodos de ‘mano fuerte’ para doblegar a los opositores políticos suministra ejemplos contemporáneos de esta falacia.
La apelación a métodos no racionales de intimidación puede ser, naturalmente, más sutil que el uso abierto o la amenaza de campos de concentración o grupos de choque. El diputado de un partido político usa el argumento ad baculum cuando recuerda a un representante que él (el diputado) cuenta con tantos miles de votantes en el distrito electoral del representante, o tantos contribuyentes potenciales para la campaña de fondos.

Ejemplo:
La reunión de los ‘Tres grandes’ en Yalta, al fin de la Segunda Guerra Mundial. Se dice que Churchill informó a los demás que el Papa sugería seguir tal o cual curso de acción. Se afirma que Stalin manifestó su desacuerdo preguntando: “¿Y cuántas divisiones dice Ud. que tiene el Papa para el combate?”

3.- ARGUMENTUM AD HOMINEM (OFENSIVO)

La expresión argumentum ad hominem significa literalmente ‘argumento dirigido contra el hombre’. Se comete cuando, en vez de tratar de refutar la verdad de lo que se afirma, se ataca al hombre que hace la afirmación.
Así por ejemplo, podría argüirse que la filosofía de Bácon es indigna de confianza porque éste fue desposeído de su cargo de canciller por deshonestidad. Este argumento es falaz, porque el carácter personal de un hombre carece de importancia lógica para determinar la verdad o falsedad de lo que dice o la corrección o incorrección de su razonamiento.
Argüir que una proposición es mala o una afirmación falsa porque es propuesta o afirmada por los comunistas (o por ‘realistas económicos’, o por católicos, o por anticatólicos, o por los que pegan a su mujer) es razonar falsamente y hacerse culpable de sostener un argumentum ad hominem (ofensivo).
La manera en que puede percudir, a veces, este razonamiento falaz es a través del proceso psicológico de la transferencia. Si puede provocarse una actitud de desaprobación hacia una persona, ella puede desbordar el campo estrictamente emocional y convertirse en desacuerdo con lo que esa persona dice.
Pero esta conexión es solo psicológica, no lógica. Aun el más perverso de los hombres puede a veces decir la ver dad o razonar correctamente.
El ejemplo clásico de esta falacia se relaciona con el procedimiento judicial británico. En Gran Bretaña, la práctica de la profesión se divide entre los procuradores, que preparan los casos para el juicio, y los abogados, que arguyen y hacen los alegatos ante la corte. De ordinario, su cooperación es admirable, pero a veces deja mucho que desear.
En una ocasión, el abogado ignoraba el caso completamente hasta el día en que debía ser presentado a la corte, y dependía del procurador para la investigación del caso del demandado y la preparación del alegato. Llegó a la corte justo un momento antes de que comenzara el juicio y el procurador le alcanzó su resumen en un papelillo. Sorprendido por su delgadez, ojeó en su interior, para encontrar escrito lo siguiente: “No hay defensa; ataque al abogado del demandante”.

4.- ARGUMENTUM AD HOMINEM (CIRCUNSTANCIAL)

La segunda interpretación de la falacia del argumentum ad hominem, la variedad circunstancial, puede explicarse de la manera siguiente:
En una discusión entre dos personas, una de ellas puede ignorar totalmente la cuestión relativa a la verdad o falsedad de sus propias afirmaciones y tratar de probar, en cambio, que su antagonista debe aceptarlas debido a especiales circunstancias en las que éste puede hallarse.
Así por ejemplo, s¡ uno de los contendientes es un sacerdote, el otro puede argüir que debe aceptar una determinada aserción porque su negación es incompatible con las escrituras. Esto no es demostrar su verdad, sino urgir su aceptación por ese individuo particular debido a las circunstancias especiales en las que se halla, en este caso su filiación religiosa.
S¡ uno de los oponentes es, pongamos por caso, un miembro de un cierto partido político, otro puede sostener, no que una cierta proposición es verdadera, sino que el primero debe asentir a ella porque se halla implicada por los principios de su partido.
El ejemplo clásico de esta falacia es la réplica del cazador al que se le acusa de barbarie por sacrificar animales inofensivos para su propia diversión. Su réplica consiste en preguntar a su crítico: “¿Por qué se alimenta Ud. con la carne de ganado inocente?”.
El deportista se hace culpable aquí de un argumentum ad hominem, porque no trata de demostrar que es correcto sacrificar vidas de animales para el placer de los humanos, sino simplemente que su crítico no puede reprochárselo debido a ciertas circunstancias especiales en las que pueda encontrarse, en este casó el no ser vegetariano.
Los argumentos de este género no son correctos, no ofrecen pruebas satisfactorias para la verdad de sus conclusiones, sino que están dirigidos solamente a conquistar el asentimiento de algún oponente a causa de especiales circunstancias que se vinculan con éste. A menudo logran su propósito, pues suelen ser muy persuasivos.

5.- ARGUMENTUM AD IGNORANTIAM (ARGUMENTO POR LA IGNO- BANCIA)

Podemos ilustrar la falacia del argumentum ad ignorantiam con el razonamiento de que debe de haber fantasmas porque nadie ha podido demostrar nunca que no los hay.
Se comete esta falacia cuando se sostiene que una proposición es verdadera simplemente sobre la base de que no se ha demostrado su falsedad, o que es falsa porque no se ha demostrado su verdad.
Esta falacia suele cometerse con mucha frecuencia en temas relativos a los fenómenos psíquicos, la telepatía, etc., donde no hay pruebas claras en pro o en contra.
Es curioso que haya una cantidad de personas instruidas propensas a caer en esta falacia, como lo testimonian los muchos estdiantes en ciencias que afirman la falsedad de las afirmaciones espiritualistas y telepáticas simplemente sobre la base de que su verdad no ha sido establecida.
El argumentum ad ignorantiam es falaz en todos los casos, excepto en uno: la corte de justicia, donde el principio rector es suponer la inocencia de una persona hasta que se demuestre su culpabilidad.

6.- ARGUMENTUM AD MISERICORDIAM (LLAMADO A LA PIEDAD)

El argumentum ad misericordiam es la falacia que se comete cuando se apela a la piedad para conseguir que se acepte una determinada conclusión.
Sé encuentra con frecuencia este tipo de argumentación en los tribunales de justicia, cuando un abogado defensor deja de lado los hechos que atañen al caso y trata de lograr la absolución de su cliente despertando piedad
En los miembros del jurado. Clarence Darrow, el famosó abogado criminalista, era un maestro en el uso de este género de recursos.
Cuando defendió a Thomas I. Kidd, funcionario de la Unión de Trabajadores de la Madera, llevado a juicio bajo acusación de conspiración criminal, Darrow dirigió estas palabras al jurado:
“Apelo a vosotros no en defensa de Thomas Kiddy sino en defensa de la larga sucesión, la largísima sucesión que se remonta hacia atrás a través de las épocas y que se proyecta hacia adelante en los años del futuro de los hombres despojados y oprimidos de la tierra. Apelo a vosotros por los hombres que se levantan antes que amanezca y vuelven a su hogar al anochecer, cuando ya la luz ha desaparecido en el cielo, y dan sus vidas, sus fuerzas y su trabajo para que otros se enriquezcan y se engrandezcan. Apelo a vosotros en nombre esas mujeres que ofrendan sus vidas al dios moderno del dinero y apelo a vosotros en nombre de sus hijos, los que viven y los que aún no han nacido”.
(Citado en Clarenee Darrow for the Defense; de IRVWG STONB Copyright, 1941, publicado por Garden City Publishing Company, Inc. Garden City, Nueva York.)

¿Es Thomas Kidd culpable de lo que se le acusa? El alegato de Darrow era suficientemente conmovedor como para lograr despertar en el jurado medio el deseo de arrojar por la borda todo lo concerniente a pruebas o a legalidad. Pero, por persuasivo que sea tal alegato, desde el punto de vista de la lógica es falaz todo razonamiento que pretenda derivar de premisas
como éstas la conclusión de que el acusado es inocente.

Un ejemplo más antiguo y considerablemente más sutil de argumentum ad misericordiam se encuentra en la Apología de Sócrates, escrita por Platón, que pretende ser un relato de la defensa que hizo Sócrates de sí mismo durante su juicio.
El argumentum ad misericordiam es usado a veces de manera ridícula, como el caso del joven que fue juzgado por un crimen particularmente brutal, el asesinato de su padre y de su madre con un hacha. Puesto frente a pruebas abrumadoras, solicitó piedad sobre la base de que era huérfano.

7.- ARGUMENTUM AD POPULUM (LLAMADO AL PUEBLO)

El argumentum ad populum se define a veces como la falacia que se comete al dirigir un llamado emocional al pueblo o “a la galería’ con el fin de ganar su asentimiento para una conclusión que no está sustentada por un razonamiento válido.
Podemos definirla de manera más circunscripta como el intento de ganar el asentimiento popular para una conclusión despertando las pasiones y el entusiasmo de la multitud.
Es un recurso favorito del propagandista, del demagogo y del que pasa avisos. Enfrentado con la tarea de movilizar los sentimientos del público a favor o en contra de una medida determinada, el propagandista evitará el laborioso proceso de reunir y presentar pruebas y argumentos racionales y recurrirá a los métodos más breves del argumentum ad populum.
En los argumentos que usan los señores políticos se observa muy a menudo los razonamientos faleces de este tipo (argumentum ad populum ):
Si la medida propuesta introduce un cambio y él está en contra de éste, arrojará sospechas sobre las ‘innovaciones arbitrarias’ y elogiará la sabiduría ‘del orden existente’.
Si esta a favor de él, hablará de ‘progreso’ y se opondrá a los ‘prejuicios anticuados’.
En estos casos, encontraremos el uso de términos difamatorios sin ningún intento racional de argumentar en su favor o de justificar su aplicación.
Esta técnica se complementa mediante el despliegue de banderas, bandas de música y cualquier cosa que pueda servir para estimular y excitar al público.
El uso que hace el demagogo del argumentum ad populum se halla bellamente ilustrado por la versión que da Shakespeare de la oración fúnebre de Marco Antonio sobre el cuerpo de Julio César.
Debemos al vendedor ambulante, al artista de variedades (farándula) y al anunciador del siglo XXI elevado el argumentum ad populum casi a la categoría de un arte refinado.
· En este campo, se hace toda clase de intentos para asociar los productos que se anuncia con objetos hacia los cuales se supone que experimentamos una fuerte aprobación:
· Comer una cierta marca de cereales elaborados es proclamado un deber patriótico.
· Bañarse con un jabón de cierta marca es descrito como una experiencia estremecedora.
· La mención de un determinado dentífrico en el programa de TV patrocinado por su fabricante es precedida y seguida por secuencias de música sinfónica.
· En los carteles propagandísticos, las personas retratadas usando los productos anunciados se presentan siempre usando el tipo de vestimenta y viviendo en el tipo de casas que se supone despertarán la aprobación y la admiración del consumidor medio.
· Los hombres jóvenes que aparecen usando los productos de referencia son de ojos claros y hombros anchos, y los ancianos son invariablemente de aspecto ‘distinguido’. Las mujeres son todas esbeltas y hermosas, y se las presenta, o muy bien vestidas, o apenas vestidas.
· Ya esté Ud. interesado en el transporte económico o en el de gran velocidad, todo fabricante de automóvile le ‘ asegurará que su producto es el ‘mejor’, y ‘demostrará’ su afirmación exhibiendo su modelo de automóvil rodeado de hermosas jóvenes en traje de baño.
· Los anunciadores ‘hechizan’ sus productos y nos venden sueños e ilusiones de grandeza junto con frascos de píldoras rosas o cestos para la basura.
En estos casos, si lo que se trata es de probar que los productos sirven de manera adecuada a sus funciones ostensibles, esos procedimientos son ejemplos glorificados de argumentum ad populum.
Además de la ‘apelación al esnobismo’ a que ya nos referimos, podemos incluir bajo este rótulo el familiar ‘argumento de la multitud’:
· El político que hace su campaña electoral ‘argumenta’ que él debe recibir nuestros votos porque ‘todo el mundo’ vota por él.
· Se nos dice que tal o cual marca de alimentos, o de cigarrillos, o de automóviles es ‘la mejor’ porque es la que más se vende en el país.
· Una cierta creencia ‘debe ser verdadera’ porque ‘todos creen en ella’.
Pero, la aceptación popular de una actitud no demuestra que sea razonable; el uso difundido de un producto no demuestra que éste sea satisfactorio; el asentimiento general a una opinión no demuestra que sea verdadera. Razonar de esta manera es cometer la falacia ad populum.

8.- ARGUMENTUM AD VERECUNDIAM (LA APELACIÓN A LA AUTORIDAD)

El argumentum ad verecundiam es la apelación a la autoridad, esto es, al sentimiento de respeto que siente la gente por las personas famosas, para ganar asentimiento a una conclusión.
Este argumento no siempre es estrictamente falaz, pues la referencia a una reconocida autoridad en el campo especial de su competencia puede dar mayor peso a una opinión y constituir un factor de importancia.
Si varios legos discuten acerca de algún problema de la ciencia física y uno de ellos apela al testimonio de Einstein sobre la cuestión, este testimonio es sumamente importante. Aunque no demuestra lo que se sostiene, tiende indudablemente a confirmarlo.
Sin embargo, esto es muy relativo, pues si en vez de legos son expertos los que discuten acerca de un problema que está dentro del campo de su especialidad, solo deben apelar a los hechos y a la razón, y toda apelación a la autoridad de otro experto carecería completamente de valor como prueba.
Pero, cuando se apela a una autoridad en cuestiones que están fuera del ámbito de su especialidad se comete la falacia el argumentum ad verecundiam si en una discusión sobre religión uno de los antagonistas apela a las opiniones de Darwin, una autoridad en biología, esa apelación es falaz.
De igual modo, apelar a las opiniones de un gran físico como Einstein para dirimir una discusión sobre política o economía sería también falaz. Podría sostenerse que una persona lo suficientemente brillante como para alcanzar la categoría de “autoridad en la materia” en campos complejos y difíciles como la biología o la física debe también tener opiniones correctas en otros campos que están fuera de su especialidad.
Pero la debilidad de este argumento se hace obvia cuando pensamos que, en estos tiempos de extrema especialización, obtener un conocimiento completo en un campo requiere tanta concentración que restringe las posibilidades de adquirir en otros un conocimiento autorizado.

9.- LA CAUSA FALSA

Consideraremos todo razonamiento que trata de establecer una conexión causal erróneamente, como un ejemplo de falacia de la causa falsa.
La caracterización de razonamientos buenos o correctos en ¡o relativo a conexiones causales constituye el problema central en la lógica inductiva o método científico.
Sin embargo, no es difícil ver que el mero hecho de la coincidencia o la sucesión temporal no basta para establecer ninguna conexión causal.
Sin duda alguna, debemos rechazar la pretensión del salvaje de que el hacer sonar sus tambores es la causa de la reaparición del sol después de un eclipse, aun cuando pueda ofrecer como prueba el hecho de que cada vez que se hicieron sonar los tambores durante un eclipse, el sol reapareció!
Nadie se llamaría a engaño con respecto a este argumento; sin embargo mucha gente cree en testimonios sobre remedios, según los cuales el señor X sufría de un fuerte resfrío, bebió tres frascos de una cocción a base de una hierba ‘secreta’, ¡y en dos semanas se curó del resfrío!

10.- LA PREGUNTA COMPLEJA

Todos sabemos que es un poco ‘cómico’ hacer preguntas como:
· “¿Ha abandonado Ud. sus malos hábitos?”, o
· “¿Ha dejado Ud. de pegarle a su mujer?’
No son preguntas simples, a las que sea posible responder con un directo si o no.
Las preguntas de este tipo suponen que se ha dado ya una respuesta definida a una pregunta anterior, que ni siquiera ha sido formulada.
Así, la primera, supone que se ha respondido ‘si’ a la pregunta no formulada: “¿Tenía Ud. anteriormente malos hábitos?”; y la segunda supone una respuesta afirmativa a la siguiente pregunta, tampoco formulada: “¿Ha pegado Ud. alguna vez a su mujer?”
En ambos casos, si se contesta con un simple ‘sí’ o ‘no’ a la pregunta ‘tramposa’, ello tiene el efecto de ratificar o confirmar la respuesta implícita a la pregunta no formulada.
Una pregunta de este tipo no admite un simple ‘si o no’ como respuesta, porque no es una pregunta simple o única, sino una pregunta compleja, en la cual hay varias preguntas entrelazadas.
Se comete la falacia de la pregunta compleja, cuando no se percibe la pluralidad de preguntas y se exige, o se da, una respuesta única a una pregunta compleja, como s¡ fuera simple.
No solamente encontramos ejemplos de esta falacia en bromas obvias, como nuestros dos primeros ejemplos. En un interrogatorio, un abogado puede plantear preguntas complejas a un testigo para confundirlo, o inclusive para acusarlo. Puede preguntar:
· “¿Dóde ocultó las pruebas?”,
· “¿Qué hizo con el dinero del robó?”, etc.
En la propaganda, en los casos en que sería sumamente difícil demostrar o conquistar aprobación para una afirmación, la idea puede ser infiltrada de manera muy persuasiva por medio de una pregunta compleja.
Un portavoz de empresas privadas que explotan servicios públicos puede Plantear la pregunta: “¿Por qué la explotación privada de los recursos es mucho más eficiente que cualquier control público?” Un político puede preguntar al auditorio: “¿Hasta cuándo vamos a tolerar la interferencia extranjera en nuestros intereses nacionales?”
En todos estos casos, el procedimiento inteligente es tratar la pregunta compleja, no como s¡ fuera simple, sino analizándola en sus partes componentes.
Puede muy bien ocurrir que cuando la pregunta implícita previa es respondida de manera correcta, la pregunta explícita simplemente se diluye. Si no he ocultado ninguna prueba, la pregunta de dónde la oculté carece de sentido.



EJERCICIOS
Clasificar y explicar las falacias de atingencia contenidas en los siguientes párrafos:
1.
Es antieconómico y contraproducente ignorar el sexo de los empleados y pagarle igual salario por igual trabajo, pues de hecho en algunas tareas en las que es necesario levantar objetos pesados imposible que una mujer realice tanto trabajo como un hombre.

2.
El Journal of the Am-erican Medícat Association, en su namero del 26 de noviembre de 1949, informa en la página 93 que® ..los quiroprácticos han fracasado totalmente en sus intentos por demostrar que sus conceptos tíenen una base científica.,.” Por lo tanto los conceptos de los quiropráctícos no tienen ninguna base científíca.”

3.
El problema que se nos presenta es, simplemente, éste: ¿Cuándo vamos a poner fin al espantoso despilfarró y a la corrupción los empleados públicos en ejercicio? S¡ encaramos este problema honestamente, nuestra respuesta solo puede ser: ¡AHORA!

4.
Vamos al grano. . Aquí, ninguno de nosotros es un abogado de Filadelfia. Somos gente sencilla que trata de ver claramente las cosas. Se nos endilgan montones de frases rimbombantes acerca de ‘¡mplicaciones económicas” y otras cosas por el estilo, pero el hecho simple es que si ellos construyen aquí esta represa, nos costará dinero, dinero que no tenemos. Estoy en contra de ello, todos estamos en contra de esto.

5.
Patrón, , creo que m¡ trabajo mere mejor pago. Tengo mujer e hijos; mi mujer ha estado muy enferma últimamente, y con las cuentas del médico y la ropa que hay que comprar a los hijos no sé cómo nos vamos a arreglar con lo que estoy ganando ahora.

6.
Todo lo que el señor Morgan tenga que decir acerca de la nueva ley impositiva puede ser ignorado, pues como hombre rico debemos esperar que se opongan a la fijación de impuestos adicionales.

7.
De una. Propaganda de café:
En los Estados Unidos se consume más café que en cualquier otro país, y Norteamérica se ha convertido en la nación más poderosa del mundo. Proteja nuestra herencia americana y continúe toman- do más café.

8.
Señor Director, estoy seguro que esta pequeña calaverada de mi hijo no tiene verdadero valor informativo. ¿Acaso mi firma no gasta todos los años miles de dólares en anuncios publicados en su periódico?
9.
Nietzsche sostenía que la ley moral no es más que una mera convención hecha por el hombre. Pero Nietzsche era un pequeño individuo enfermizo, atormentado y desleal, que pasó los últimos años de su vida en un asilo para locos. Se ve, por tanto, claramente, que su conclusión es falsa.
10.
Asistir a la iglesia o la Escuela Dominícal es un factor valioso en la educación de la juventud, pues todos nuestros dirigentes industriales y hombres de negocios lo recomiendan firmemente.
11.
Caballeros, ¿cómo cubriremos el enorme déficit que dejaría la campaña de propaganda que se nos propone? No hay salida; por tanto, voto contra la campaña.
12.
Esta ley es perjudicial para el trabajo, señor Senador, y debe ser rechazada. Los sindicatos .no la olvidarán v hay doscientos cincuenta mil miembros de sindicatos en su distrito electoral.
13.
Las medidas administrativas de Truman eran todas erróneas, pues han sido condenadas por el general MacArthur, uno de los más grandes genios militares de todos los tiempos.
14
La teoría del determinismo económico en la historia es falsa, como se ve claramente por el hecho de que sus únicos defensores son comunistas que tratan de destruir toda moral en. Aras de sus ansias de poder y sus intereses egoístas.
15.
Debe descartarse todo argumento que Reuther presente en contra de la legislación propuesta, pues como funcionario de un sindicato obrero esta obligado a oponerse a toda medida tendiente a controlar el movimiento sindical.
16
Nueva York hay más iglesias que en cualquier otra ciudad de la nación y en Nueva Cork se cometen más crímenes que en cualquier otro lado. Este hecho hace evidente que para eliminar los criminales debemos abolir la iglesia.
17.
Un examen cuidadoso del estilo literario y de los hechos relatados en las-obras tribuidas a Shakespeare revela que no pueden haber sido escritas todas por el mismo hombre. Se deduce de esto que al menos algunas de las obras atribuidas a Shakespeare fueron escritas en realidad por Bacon.
18
No tenemos la menor prueba de que tratarán de negociar de buena fe. De modo que sólo podemos creer que tratarán de engañarnos.
19.
Profesor, ¿no cree Ud. que m¡ examen merece una calificación más eleva? Yo tengo que trabajar muchas horas para poder estudiar; no es fácil tener que estudiar y trabajar de mozo, .mientras los otros estudiantes tienen todo su tiempo libre.
20.
La supresión del control de alquileres beneficiaría a los locatarios tanto como a los propietarios, pues la libertad de contrato es parte de la gran tradición americana que ha hecho de nuestra nación la más poderosa del mundo y a nuestros ciudadanos los mas prósperos!


21. En respuesta a los argumentos del caballero solo diré que hace dos anos él abogaba por la medida a la cual hoy se opone.
22. La decisión del Presidente de vetar la ley impositiva fue una deci* sión sabia. Nunca ha ten¡4º un hombre que hacerse cargo del poder cn condiciones más difíciles. La economia de la nación está disloca por una guerra larga y costosa, eus nervios están alteraáos y a punto de estallar por la amenaza áe otra, el Presidente debe enfrentarse con una revuelta dentro de las fílas de su propio partido y se ha visto sometído a un torrente’’cont¡nuo de ataques por parte áe una prensa hostil.
23. Debe hacerse comprender al gobierno sloboviano crue el área danuMana está fuera del ámbito de sus intereses legítimos. Nuestra fuerza aérea es aun la más poderosa áel mundo y nuestro» aviones más nuevos p.ueáen volar alreáeáor áel mundo sin escalas, Uevando bombas atómicas la mitad del trayecto.
24. Si adoptamos la propuesta de la iunta directiva obtCTiáremos un be” nefíciorooáesto a un riesgo muy bajo. Por lo tanto, la propuesta de la junta directiva es mejor que cualquier otro plan.
25. America áel Norte hace mal en pertenecer a la Organización de las Naciones Vnidas, pues Washington, el Padre áe la Patna, nos pre. Vino específicamente que no debemos comprometernos en alianzas.
26. El venáedor: “zQuiere Ud. Pagar al contaáo y abtener el descuento M.tentrn» TM in ^wlrlp. Vnv a áisDoner aue se le entreeue inmedia- tamente la mercadería.”
27. Los scraícíiies ¿on el alimento de mayor venta en América. Por consiguiente. (‘leben de ser buenos. ^
28. El gobernador aboga por la elevación áel impuesto a las granáes compañías. Pero permitiáme recoráaros que Iiegó a su cargo por él más*estrecho rnargen mayoritario de votos. Después êuna campaña desvérgonzaáa y mentirosa en la cual apeló áemapógicamente a las más bajas pasiones áe nuestro pueblo y prometio de todo a todo el mundo;sabiendo muy bien que no poáía manteneros promesas. Por lo tanto, no áebe elevarse el impuesto a las grandes companias.
29. Smith debe ser un pillo, pues no hay ninguna persona que diga algo bueno de él.
30. La cita siguiente está tomada de Tke Arto f Cross Examination, de F. L. Wellman (The MacmiIIan Company, Nueva Cork, 1946). Debe observarse que la conclusión está sugerida,.no se la extrae explícitamente.
Un médico muy famoso era un testigo importante de un juicio en el cual su amigo más íntimo era el abogado de la parte contraria. Ambos hombres, el médico y el abogado,’ eran fíguras igualmente destacadas en susjM-ofesiones respectivas, habían sido grandes amigos durante muchos años y frecuentemente comían uno en casa del otro, con sus esposas e hijos. En realiáad, habían crecido juntos. El abogado sabía que su amigo había prestado testimonio con to3a honestidad, que ningún interrogatorio podía debilitar. Por eso, se limitó a hacerle las pocas preguntas siguientes. Como temía no poder mantener la seriedad mientras âcla ías preguntas,’’evitó mirar el rostro del testigo y dirigió persistentemente la mirada, hacia una veatana lateral.
Q. “Doctor, dice Ud. Que es méáico en ejercicio. ¿Ha practicado Ud. Su profesión en la ciudad de Chicago durante mucho tiempo?
A. “Sí. He ejercido aquí en Chicago durante unos cuarenta añbs.”
Q. “Bien, doctor. Presumo que durante este tiempo Ud. Ha tenido oportunidad áe tratar a algunos de nuestros cíudadanos máa áestacados. ¿No es así?”’
A. “Sí, creo que es así.”
Q. “¿Por casualidad, doctor, ha atendido Ud. Como médico de la familia, al viejo Marshall Fielá?”
A. “Sí, fui médico de la familia durante una cantidad de anos.”
Q. “A propósito, no he oído hablar de él últimamente. ¿Dónáe está ahora?” (Mirando siempre a través áe la ventana.)
A. “Ha muerto”.
Q. “Qh, perdón. ¿Fue Ud. Alguna vez médico de la familia áel viejo señor McCormick?” viejo señor McCormick?”
A. “Sí, también durante varios anos “
Q. “¿Quisiera decinne dónde está él ahora?”
A. “Ha muerto.”
Q. “Oh, perdón.”
Siguió luego en la misma forma y le preguntó por ocho o diez sí(j Q s Principales ciudadanos de Chicago, de quienes sabía quc habían sido atendidos por su amigo y todos los cuales habían muerto. Despué» de agotar la lista, se sentó tranquilamente, en medio de las risas ahogadas de los jurados, y comentó: “Creo que no es necesario hacerle más preguntas. Descienda Ud., por favor”.

II. FALACIAS DE AMBIGÜEDAD

El segundo grupo de falacias no formales que tomaremos, en consideración ha recibido tradicionalmente el nombre de ‘falacias de ambigüedad’ o ‘falacias de claridad’. Aparecen en razonamientos cuya formulación contiene palabras o frases ambiguas, cuyos significados oscilan y cambian de manera piás o menos sutil en el curso del razonamiento y, por consiguiente, lo hacen falaz. Las siguientes son todas falacias de ambigüedad; es útil dividirlas y clasificarlas según las diferentes maneras en que pueden presentarse sus ambigüedades.

1. EL EQUÍVOCO